Ni un solo día sin música: #40

martes, 7 de diciembre de 2010

#40

Me olvide decir que iba a pasar el fin de semana fuera. Carretera, mantas, ropa de abrigo para el frío y música. Siempre tan imprescindible. Es genial poder señalar fechas de conciertos en cualquier sitio como excusa para ver a gente que con el paso de los años se ha convertido en imprescindible. Marta es una de esas personas, pero esta entrada no va para ella, sino para esa persona que se ha hecho cómplice de un reencuentro. Esa persona que siempre tiene una sonrisa para darte, que pide aplausos para todo el mundo, que siempre ha tenido una magia especial, y que con su proyecto en solitario, El Pescao, esta demostrando que tiene ese poder que pocos músicos tienen de no encasillarse en un estilo; ni en un solo modo de hacer las cosas. Una vez mas, tengo decir que me puedo dejar la piel en apoyar algo que nace sin ninguna otra pretensión que disfrutar encima del escenario, y cuando eso pasa, hace que los que estamos abajo, disfrutemos también. Y de igual que seamos un estadio lleno, un teatro o una sala de trescientas personas. Lo bueno que tiene la música, es que te da la oportunidad de sacar lo que uno tiene dentro, da la posibilidad de describir aquello que nadie puede y crear cosas que la gente hace suyas. Yo me siento parte de esto porque he puesto mucha ilusión en ello. Y creo que merece la pena. Me da igual que la gente no lo entienda o que haya gente que piense que sigo a este hombre, a David Otero, por fanatismo histérico e idolatría incontrolada. Que va, le tengo cariño y le admiro por hacer las cosas como las hace, y por ser tan sencillo y humilde, y como no, porque me sirve de excusa para dar abrazos a una amiga cuando el esta cantando "La luz oscura del mar" o "Me da lo mismo". Solo por eso merece ser la entrada numero 40 y celebrar con el que este blog ha pasado de las 1000 visitas en poco mas de un mes.

Ahora os dejo parte del documento gráfico de los tres conciertos que he ido suyos esta semana. Y un vídeo del día 28 de Madrid, que explica un poco esa manía de hacer las cosas un tanto diferentes y disfrutando de aquello que une, emociona e ilusiona. Repito, la música.