No seré la única que tiene una cierta debilidad por el acento argentino.
Pero es que cuando ese acento se une a una guitarra y a unas canciones que se enganchan a momentos, no hay remedio. Estoy enamorada de Lucas Masciano desde hace años, y diría que he crecido con el, con su música y no mentiría, porque son muchos momentos que llevan estos acordes, muchas tardes y muchas noches. Hablo de el hoy porque ayer en Casa de América grabo su próximo CD (el cuarto en España). En directo (sin trampa ni cartón) y rodeándose de grandes como Pancho Varona, Ruben Pozo o David Otero, ese que se le encontró un día en las calles de Barcelona, guitarra en mano y cantando algo como esto:
Vos sos un grande, Luquitas.
Y fue una pena no estar anoche allí, y tener que esperar dos meses para escuchar las nuevas canciones.
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